Verles crecer

Hoy es uno de esos días en los que me pregunto cuánto de tu infancia nos perderemos. Ayer, en el parque con nuestra sobrina, hablábamos de lo mucho que había crecido. El parque que tenemos frente a casa es uno de esos “para mayores”, en los que tienen que trepar para subir a la parte de arriba. No hay escalones… por lo que está recomendando para niños a partir de 3-4 años. La primera vez que la llevamos a ese parque no podía subir a la parte de arriba así que su tío siempre se encargaba de subirla a lo más alto por donde ella correteaba hasta el tobogán.

Ayer la observábamos trepar por las barras y comentábamos lo rápido que ha crecido. Crecen tan rápido que en ocasiones nos preguntamos cuánta infancia de nuestr@ hij@ nos perderemos. Quizás antes de que nos demos cuenta… ya trepa camino del tobogán. ¿Qué edad tendrá cuando llegue a nosotros? ¿Cuánto tiempo de su vida nos habremos perdido? ¿Cuánto tiempo no disfrutado?

Poco después llegó al parque una mamá con un bomboncito etíope. Tenía dos años… llevaba en casa desde diciembre. Una charla con una mamá adoptante siempre reconforta… le puedes contar tus miedos porque ella sabe, exactamente, qué es lo que sientes.

Hay preguntas que nunca antes imaginé que me haría… pero que ahora me hago. ¿Cosas de padres adoptantes? No lo sé… quizás sí. Me pregunto cuántas cosas más nos preguntaremos… esas en las que nunca antes hemos pensado.