viernes, 27 de agosto de 2010

La magia de ser adoptante

La vida no se mide por las veces que respiras, sino por las veces que te quedas sin respiración. Así dice aproximadamente pero mucho mejor sonante una frase inglesa que adoro. Y eso es precisamente lo que me acaba de pasar. 

Llegaba a casa tras una jornada de trabajo, cansada, con sed, con hambre, con mucho calor... pero con las fuerzas suficientes como para abrir el buzón. Muchas cartas pero al revisarlas una hace que me pase precisamente eso, ¡que me quede sin respiración!

Y es que no hay nada como ser adoptante para que esto te pase más veces de las que esperas o de las que imaginas. Era una carta de mi querida amiga Bea y familia, desde Etiopía, con un mensaje precioso. Y como una imagen vale más que mil palabras, aquí tenéis la muestra: 


Y entonces, con los pelos de punta y todavía emocionada, he mirado atrás y me he dado cuenta de que desde el día en que empezamos este largo y tortuoso camino han sido muchísimos esos momentos en los que me he quedado sin respiración. Y hoy, porque todavía me tiemblan un poco las manos emocionadas, voy a recordar unos cuantos: 

El primer regalo que recibimos en este camino, además de miles de amigos cibernéticos, fue un precioso cuento nada más recibir la idoneidad, que llegaba de mano de unos amigos adoptantes. Sólo la familias adoptantes saben lo que significa para nosotros conseguir un certificado de idoneidad y saber que tu camino hacia la maternidad ES POSIBLE.


Poco después, de mano de una gran amiga, llegaban unos pequeños detalles conmovedores: unas pequeñas perchitas y un mordedor. 


En un aniversario de boda, cuando nadie recuerda qué día te casaste más que tú, otros amigos de andaduras nos regalaron este detallito: 



Pocas son las personas cercanas que se acuerdan que llevas embarazada mucho tiempo, pero haberlos, los hay. Una compañera de viaje se marchó a Nueva York y no olvidó que de China vendrá algún día nuestro hijo y nos trajo este precioso detalle: 



Y cómo no... tía y abuela también tuvieron su momento de recuerdos. La futura tía nos unió rápidamente a nuestro pequeñ@ con un precioso hilo rojo y la abuela, al ver la mariquita, no pudo resistirse con un pijama: 


En Navidad... sus tías adoptantes cibernéticas también se acuerdan de nuestro embarazo y durante dos Navidades seguidas nos enviaron estos detalles: 


¡Pero no todos los regalos son materiales ni mucho menos! Aquí van otros tantos que también me dejaron SIN RESPIRACIÓN: 

La primera felicitación de Navidad de Valeria, emocionante. 

Las fotos de los pequeños de todas las razas y de diferentes puntos de la geografía leyendo ESPERÁNDOTE. No sabéis las veces que he imaginado el día que pueda leerlo a nuestro hij@. 

El momento en que mi vida se cruzó con Maria José Lacomba, ilustradora de mis palabras en ESPERÁNDOTE. El hilo rojo existe (y el verde, y el de chocolate...)

El día de mi santo mi tocaya Silvia puso la sonrisa a mi día regalándome un precioso vídeo de su hija
contando ESPERÁNDOTE; sus palabras, sus gestos, la emoción de su voz.

Ese momento en que un adulto adoptado, mi querida Iolanda, lee ESPERÁNDOTE y sus ojos se llenan de lágrimas.

Ese día en el que, de camino a casa, en el coche, suena el móvil y una gran amiga te llama para que escuches como su sobrina, venida de China, tararea una canción. Todavía se me ponen los pelos de punta al recordarla. 

¿Y qué me decís de los deseos tan preciosos que llegan a nuestros buzones para crear la que algún día será la colcha que arrope los sueños de nuestros pequeños o no tan pequeños? ¡Sí, sí! ¡Los retalitos para la colcha de los deseos!

Han sido MUCHOS, MUCHÍSIMOS esos momentos en los que me habéis dejado sin respiración. Muchas gracias a todos los que habéis hecho posible que la emoción, aún en esta larga espera, siga llenando mi vida.

PD. Y hoy me pregunto; si el camino elegido para mi maternidad hubiera sido el biológico... ¿hubiera encontrado todo esto en mi camino? Yo creo que no. 

15 comentarios:

Rocío dijo...

No cariño te lo digo yo hoy más que nunca. BEsos y achuchones

Elena dijo...

Silvia, me he sentido tan identificada leyendo todo esto que has escrito sobre tu espera....
Te diré que a mi mejor amiga la encontré en este camino. Es más nos llamamos mutuamente "amigas del corazón". Los regalitos que vas recibiendo por el camino, la gente maravillosa a la que tienes el honor de conocer. Eso no tiene precio. Ante tu pregunta: ROTUNDAMENTE NO. ¿Cómo puedo comprar tu libro? Creo que es el único cuento que no tengo je je. Y el primer cuento que tuve fue el mismo que tú: TE QUIERO NIÑA BONITA. El preferido de Lucía, mi hija.
Pasado un año de volver de China empecé a escribir un diario de cómo llegó ella a nuestras vidas. Desde el principio, pasando por la espera hasta una vez en España. Lo que en un principio fue un diario personal acabó publicado el diciembre pasado. El capítulo de la espera me ha hecho recordar muchísimo a tu entrada en el blog.
No es para hacer publicidad pero te paso el enlace por si te apetece mirarlo.
http://www.bubok.com/libros/17665/Un-sueno-hecho-realidad-la-historia-de-tu-adopcion
Bueno, que me ha encantado esta entrada de tu blog.
Besitos
Elena, mamá de Lucía Fuwei y esperando a nuestro segundo tesoro oriental.

VERÓNICA Y JOSÉ FCO. dijo...

Silvia me siento super identificada con lo que cuentas. Es precioso recordar desde que empiezas este camino con la gente tan espléndida y maravillosa que coincides y que llegas a considerar amigas del alma sin ni siquiera a veces conocerlas personalmente. Yo también a diario agradezco haber llegado a encontrar este camino a la maternidad tan maravilloso.

mar dijo...

¡¡Es verdad!!
Nos hemos cruzado con gente con la que compartimos muchísimas más cosas que con otra más allegada, gente que te sorprende (¿verdad, Ro? :)), que te apoya cuando estás abajo, que se alegra contigo... que sigue el mismo camino y que te entiende mejor que nadie...
Un beso, compi

Cristina, Diego y Yulia. dijo...

Estoy contigo que en el camino de la adopcion ademas de ser duro, encuentras amistades detalles sentimientos y cosisas indescriptibles, solo decirte que TU CON TU CUENTO NOS HAS HECHO MAS FELICES A MUCHISIMAS FAMILIAS ADOPTANTESSSS, ESPERO QUE TU HILO ROJO SE UNA LO MAS PRONTO POSIBLE
UN BESAZO Y GRACIAS A TI.

sílvia dijo...

Dí que si silvia, ésta aventura es mágica y muuy muuy especial, que sólo entendemos los que pasamos por aquí.

un besazo guapisima!
sílvia

Isabel dijo...

Y yo aún estoy por comprar tu libro. No tengo perdón.
Isabel

lolithania dijo...

Te digo yo que no, mi cuñada, la mujer de mi hermano, tienen dos niños, dice que si en algo ve diferente nuestra maternidad, es la de la gente que nos rodea y el cariño tan grande que nos tienen nuestros hij@s, que mis sobrinos la quieren mucho, es su madre, pero ella dice que mis hijas tienen algo que a ella, como madre, le falta y solo lo tenemos las que adoptamos.
Mi familia piensa que es maavilloso que nos conozcamos tanta gente, que nos reunamos, lo que compartimos, lo que nos ayudamos, lo que sentimos por gente que no conocemos y piensan que es un camino duro, pero muy bonito y con muchos amigos y que la maternidad biológica no lo dá y que cuándo nos encontramos siempre hablamos de lo mismo y es que entre nosotros, las familias adoptantes, somos lo que mejor nos entendemos.

La postal es preciosa y no me extraña que te dejara sin habla. Todos aquí, esperamos que pronto puedas escribir tu postal.

Un beso grande

Beatriz dijo...

No sabes el tiempo que llevo pensando que desde ÇAddis te tenia que enviar una postal
En esos dias de felicidad me acorde mil veces de ti y de las chicas del grupo. De lo feliz que me sentia y que ojala algun dia todas os podais sentir igual que yo. Por eso tenia que enviaros desde el mismo corazon de Etiopia un cachito de esa felicidad escrito de mi puño y letra( un poco guarrin jjjj).
Ya te contare la aventura de enviar postales desde alli jajajaj.
Yo soy madre biologica y adoptante, y es verdad, desde que comenzamos nuestro Camino a Etiopia he conocido a personas maravillosas que incluso han tenido dolores de parto adoptante conmigo jajajjaj
Mil besos

M dijo...

Silvia,lo más bonito del camino de adopción que llevo recorrido hasta ahora ha sido conoceros a vosotras, aunque en algunos momentos haya querido desaparecer, y lo haya hecho.
Llegará tú momento y yo estaré ahi, para celebrarlo con vosotros también.
Besos
Uge

M dijo...

Silvia,lo más bonito del camino de adopción que llevo recorrido hasta ahora ha sido conoceros a vosotras, aunque en algunos momentos haya querido desaparecer, y lo haya hecho.
Llegará tú momento y yo estaré ahi, para celebrarlo con vosotros también.
Besos
Uge

manuela dijo...

Silvia CORAZON, uno de los momentos más emocionantes de mi vida, más llenos de cariño y de ilusión fué el día que fuimos al Altet a recibir a mi querida amiga M Pilar (al a que conocí en persona en ese mismo instante) que venía de China con su hija, que alegria más grande!!
Silvia, Ya te lo comenté en otra entrada esto es MAGICO!! aunque se pase regular...aunque nos falte a veceshay dias semanas meses en que no sabes cómo seguir..la gente, la buena gente que espera y desespera es LO MEJOR de este laaaaargo embarazo,
estos PADRES DEL CORAZON son tan ESPECIALES; TAN GRANDES!! y estoy TAN CONTENTA Y ORGULLOSA DE conoceros!!

UN SUPER ABRAZO Y UN BESAZO.
Manuela.

Blanqui dijo...

Que razón tienes.Somos unas privilegiadas, es muy dura la espera, los bajones, las noticias malas, la espera de listas...pero cuanta gente para compartirlo y que sabes que entienden perfectamente lo que dices.
Que amig@s tan maravillosos que encuentras en este camino.
Mucha suerte Silvia y un abrazo fuerte.
Tu libro es precioso y la dedicatoria tambien. Espero leerselo pronto a mis niñ@s colombianos y enviarte la foto. Espero con muchas ganas el segundo proyecto.

EL CORAZÓN EN ORIENTE dijo...

Silvia, para mi lo mejor de este camino ha sido conoceros a todas,no somos amigas del corazón, para mi somos Familias del Corazón!.

Un beso y espero que muy pronto las dos estemos celebrando nuestra maternidad.

Muchos besos

Paloma

Sera dijo...

No importa lo largo que sea el camino, estaremos contigo.