Para cualquier niño, el temor más grande es el de poder ser abandonado. Aquellos pequeños que han sufrido una pérdida creen que pueden conseguir evitarlas si consiguen un control absoluto de cualquier situación. Si ellos tienen el control, nunca más les volverán a hacer daño porque antes de volver a sentir un abandono, serán ellos quienes se marchen.
Si las conductas de los adoptados se identifican como un intento de evitar el dolor más que como un intento deliberado de provocar a los padres, seremos capaces de identificar los signos o manifestaciones de sus heridas y ayudar a nuestro hijo a integrarlas.
Son duras... muy duras las heridas del corazón.
Son duras... muy duras las heridas del corazón.
1 comentario:
Así es... las heridas del corazón a veces sanan otras veces no.
Recientemente me di cuenta que el dolor del abandono puede continuar aunque el niño esté bien adaptado y seguro en su hogar adoptivo.
Puedes leer mi entrada sobre esto en mi blog: http://vidamiaa.blogspot.com/2011/07/los-riesgos-de-la-adopcion-abierta-open.html
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