Hacía tanto tiempo que no entraba en el blog que y ani me acordaba cómo era. Hoy estamos de celebración. Hoy hace 7 años que alguien puso la fecha 28 de julio de 2008 en nuestro expediente. Y son tantas las cosas que han cambiado desde entonces que casi no puedo ni recordar cómo eran cuando todo aquello empezó. Soy capaz de recordar el momento, 8 meses atrás, en el que presentábamos el expediente. Soy capaz de recordar el día y el momento en que supe supuestamente el 28 de julio era la fecha. ¿Os imagináis que no lo sea? También es posible puesto que no hay nada que lo acredite.
Nunca imaginé el tiempo que esperaríamos. Por aquel entonces, sin duda, no era tanto. Tampoco imaginé que mi vida cambiaría tanto en estos 7 años. No sólo mi vida ha cambiado, también mis sueños, mis ilusiones, mis pasiones, mi forma de priorizar, mis aficiones...
Sea como fuere, hoy es un día para celebrar. Lo celebraremos aún con la incertidumbre de qué es lo que ocurrirá. Siempre pensé que el día que cumpliera mis 38 años sería madre. Ahora, sin embargo, a 6 meses vista, veo que fui muy objetiva e ilusa.
No tengo ni la menor idea de por dónde van las asignaciones. Hace más de un año que no las sigo. No tengo ni idea de si algún día veremos el fin de este hilo o si permanecerá enredado para siempre. Debo reconocer que, aunque el cambio más grande experimentado en estos años es que el núcleo familiar ya no es el mismo, lo que más me gusta es que he dejado de esperar, he dejado de vivir en la adopción en el día a día (y en el mes a mes), he dejado de leer sobre paternidad, sobre adopción, sobre esperas... y esto es un auténtico placer. Sencillamente dejarse llevar sin incertidumbre, sin miedo por el qué ocurrirá y sin esperar no tiene palabras.
Dicen que todo para por algo... así que seguiremos celebrando. Hoy... 7 años menos para desenredar el hilo rojo.
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