jueves, 10 de septiembre de 2015

Anoche soñé contigo

A última hora de ayer, como todos los días desde hace ya varios meses, estábamos trabajando algunos aspectos de nosotros mismos. El tema era curioso; ¿No has deseado alguna vez tanto algo que sólo vivías por y para eso y has terminado alejándolo? Nos miramos. Es cuanto menos curioso, ¿Verdad? He dedicado un montón de años de mi vida a formarme en adopción y lo único que he hecho en realidad ha sido alejarme. He dedicado muuuuchas horas a libros, charlas, congresos, quedadas... Todo relacionado con la adopción. 
Curiosamente, de todas mis amigas adoptantes, las que empezaron al mismo tiempo que yo y aquellas que empezaron muchos años después son madres. Todas y cada una de ellas. En el grupo de madres de 2008 todas llegaron a su fin, menos yo. Aquellas personas que allá en 2010 y 2011 compartieron formaciones con nosotros también son padres. No conozco a ni una única familia a la espera de aquellas que nos rodean. 
Y así me acosté anoche... Pensando que a pesar de que en dos ocasiones intentaron cierrar un expediente que sigue abierto (rodeado de milagros increíbles) algo hizo durante muchos años que yo misma alejara aquello que más deseaba. 
Me dormí pronto y rápidamente caí en los brazos de Morfeo. Fue entonces cuando tocaron al timbre de casa. Era la asistenta social. Lleve a en sus brazos un pequeño oriental, varón, de unos dos años de edad. Me lo colocó en los brazos y me dijo que era nuestro hijo. Mil cosas pasaba. Por mi cabeza... Este no era el procedimiento habitual... ¿Sería una broma? ¿vendrían a llevárselo maás tarde? Como al pequeño en brazos. Mi casa era un auténtico desastre de cosas por todas parte (algo que nunca ocurre en casa puesto que los trastos me ponen nervoiosa). Llevé al peque a mi marido y le dije... "Es nuestro hijo. No sé qué está ocurriendo. Lo han traído a casa y además no soy capaz de recordar cómo se llama". Estuvimos jugando con él y pensamos en hacernos una foto para enviar a familia y amigos diciendo que ya éramos uno más en casa. Nos hicimos la foto sobre la cama y el peque se bajó de ella y se puso a dormir plácidamente en un colchón sobre el suelo. 
Éramos uno más y yo no podía creer lo que estaba viviendo. 
Me desperté.... 
No sé qué nos depara el destino pero debo reconocer que no vivir por y para la adopción ha cambiado radicalmente mi vida. Nunca pensé que fuera capaz. 

1 comentario:

Euskal Herria dijo...

Nunca entro en páginas relacionadas con la adopción... apenas si lo hacía cuando estaba en pleno proceso... pero si miraba las fechas de las asignaciones casi a diario...
No recuerdo el día que me asignaron... ni recuerdo amebas nada... Pero recuerdo el día que llegamos a casa con mi niña... el 7 de julio...

Hoy, después de más de 7 años he vuelto a mirar como están las asignaciones... no se muy bien porque... Y van lentas, muy lentas...

Ahora tiene 8 años, apenas tenía 11 meses cuando la abrace por primera vez... sin saber apenas que hacer con esa pequeña cosita.

De China apenas queda nada ya... una caja cerrada metida en el trastero... No por nada, simplemente porque ella es euskaldun... y China aún no es importante para ella... no siente aún ninguna curiosidad... el día que la sienta se abrirá la caja...

Ella siempre dice... sabían que me tenían que devolver a casa... "Yo nací vasca"... y me habla del hilo rojo...

Es lo más bonito del mundo... se tardo lo que se tardo porque tenía que ser ella...

Ánimo! Un fuerte abrazo.