miércoles, 8 de febrero de 2012

Sueños

Hoy he dormido genial. Llevaba sin dormir de "casi" un tirón un montón de días y esta noche sí lo he hecho. Y no sólo he dormido, sino que además siento que he descansado.

Soy de las personas que siempre se acuerdan de sus sueños. Yo no  me veo en mis sueños como si de una película se tratara (como le ocurre a algunas personas) sino que veo a través de mis ojos, como en la vida real.

Me he levantado y no recordaba mi sueño. Únicamente sentía que había descansado pero hace apenas un minuto me ha venido un flash de recuerdo. ¡Y he soñado con mi asignación! Uffffffff, se me ha erizado la piel y he abierto el blog para dejarlo aquí escrito, por si algún día quiero recordarlo.

Estábamos en China (imagino que tiene parte de responsabilidad que me acosté viendo en la tele un reportaje sobre Hong Kong). Había una señora mayor con una niña de unos 15 meses en brazos. Le decía que yo era mamá y la niña se venía conmigo pero inmediatamente miraba a esa señora, que supuestamente había sido su cuidadora, y quería marcharse con ella. Recuerdo que yo pensaba en mi sueño: "eso es bueno, debe haber estado bien atendida si la echa de menos". Ahora me río porque sí, puede que fuera así, pero también puede que fuera la única persona conocida en aquel nuevo entorno.

He soñado pocas veces con cómo sería mi asignación. He vivido asigación de niño, de niña, de hermanos, de más grande, de más pequeño... Mis emociones estaban a flor de piel en cada sueño; lágrimas, risas, nervios, dolor de estómago, inquietud, miedo...

Muchas veces me pregunto cómo será ese día. Siempre que vivo una asignación cerca mi primera pregunta es la misma: "¿qué se siente? Cuéntame cómo te sientes". Ojalá algún día tenga la suerte de poder contarlo en primera persona. Sin duda, grabaré aquí todos y cada uno de esos sentimientos por los que tantas y tantas veces me he preguntado.

Hoy es 8 de febrero de 2012. ¿Cuánto tardaré en saber qué se siente?

6 comentarios:

María Corcuera dijo...

Espero que no se haga esperar. Muchos besos.

María dijo...

....inmensa alegria, calor, corazón a mil por hora y que parece que se te va a salir, lagrimas que salen solas, orgullo por haber logrado eso por lo que tanto has sufrido..........esas son las palabras, pero la inmensa emocion con las que se viven no se puede plasmar con palabras.

Lo mejor Silvia, es que ese sueño se va a hacer realidad.


Mil besos
pd(q chulo Hong Kong, verdad!! a ese buda gigante pienso subir yo con mis princesas dentro de unos años
;-) )

elenamorata dijo...

Llegará ese momento, llegará. Yo no lo he vivido pero tal y como explica María.. será icreible e imposible de describir con palabras. Y tu seguro que estás llegando al final del camino,sinó.. mira atrás! ¿cuánto tiempo hace que esperas?
Besitos!

Ester dijo...

a mi también me encantaría sabar lo que se siente...y ojala no tardemos muchos años en saberlo...


Los sueños son maravillosos, nos acaercan a realidades que ahora mismo no podemos tocar.

Un besote enorme Ester

Silvia dijo...

Es un dia tan especial,cuando por primera vez ves a tu TESORO y piensas que todo ha merecido la pena.Luego toca empapelar la casa con sus fotos y mirarlas cada momento y enseñarlas orgullosa a todo el mundo.Hay que organizar el viaje dependiendo de la provincia,comprar ropa y cosas,hacer y deshacer la maleta veinte veces,enviarle algo al orfanto,un juguete, si te apetece...y sin darte cuenta,en tus brazoS¡ESO SI QUE ES UNA PASADA!

Maribel dijo...

¿Qué sentí? Pues... La verdad es que no es nada comparable a ninguna sensación que haya tenido antes.
Recuerdo, que iba mirando el suelo para no tropezar y entre con mi pierna impedida por la angosta puerta de metal que separaba un pequeño patio de la pequeña pérgola del edificio y solo con alzar la mirada, vi frente a mí a una cuidadora con una niña de espaldas a mí en sus brazos, llámalo intuición, llámalo vinculo invisible que te sale de un nuevo rincón de tu ser desconocido hasta el momento, pero, en ese mismo instante percibió mi alma que yo había cambiado para siempre, dije en voz alta, esa es mi hija, faltaban unos metros para llegar y mi marido me dijo: ¡Anda, como va a ser ella! ¡Qué casualidad sería! ¿No? Pero lo fue, en ese mismo momento ella se giró y todas mis expectativas, elucubraciones e imaginaciones cayeron al suelo estrepitosamente... Me desarmé - durante cuatro intensos e infinitos meses veía su cara a cada segundo de mi vivir, poníamos la foto junto a nosotros cuando nos sentabamos a comer, la teníamos en la mesita de noche, la llevabamos en la cartera, en el móvil, de fondo de pantalla, recuerdo que juntos jugabamos a aumentar su foto por pixeles para memorizar cada rincón de su anatomía (de hecho tanto, tanto la memorizamos que una vez junto a ella echamos de menos un lunar junto al ojo que no tenía, resultó ser una imperfección de la foto, jejeje)- pues todo ese tiempo esperándola fue, y no he parido nunca, como cuando algo te duele mucho, mucho y de momento se alivia o desaparece, así desaparecieron de mi corazón la percepción de espera, cuándo la cogí en mis brazos (y eso que lloraba sin consuelo) y la sentí en mi piel quise que el mundo en ese mismo segundo se detuviera, no podía dejar de mirarla...¡¡¡¡Era mi hijaaaa!!! La que tenía ante mi. Silvia, sé que lo estás pasando horrible, es una espera injustamente larga en exceso, pero va a llegar, y cuándo llegue asegúrate de grabarlo a fuego en tu mente, que sensaciones y personas que estén allí en ese instante no te perturben, ¡¡SERÁ TÚ MOMENTO!! ¿Ya sabes que te quiero?