¡Mi primer pastel de pañales!

Hace unos días leí en el blog de Elén lo del PASTEL DE PAÑALES. Me encantó la idea y pensé en hacer uno y regalarlo a la primera persona que fuera asignada. Pero... ¡tenía un problema! Y es que... con los niños adoptados... ¡de qué tamaño compro los pañales! ¿Os habíais dado cuenta de lo complicado de ser adoptante? jejeje.

Así que pensé en quién de mi alrededor iba a ser mamá o papá en breve. Y lo encontré (no digo su nombre porque todavía no le he dado el pastel). Así que compré pañales de recién nacido y me puse manos a la obra.

No ha quedado tan mal, ¿no? Es el primero, así que no vale poner muchos fallos, que yo ya le he puesto yo todos (pero he decidido dejarlo tal cual, con la primera idea... y el resto del material lo he guardado para la próxima).

Sigue en pie lo de regalar uno a la primera familia que sea asignada y que me mande un correo con el tamaño de los pañales de su peque. Ala, que lluevan asignaciones y yo me pongo manos a la obra con el siguiente.

Y aquí os dejo parte de los ingredientes (y digo parte, porque cuando te pones manos a la obra... ¡te vuelves loca comprando todo lo que ves!)

Y todo esto... en lugar de terminar mis exámenes... ¡si es que soy la leche!

11 meses

Y van 11 meses desde que el señor o la señora de los sellos puso uno en nuestro expediente nada más llegar a China. 11 meses. No sé si decir 11 meses YA o TODAVÍA.

El hilo sigue muy pero que muy enredado: las asignaciones apenas avanzan, la desesperación a veces causa mella, el tiempo pasa y pasa, pero nosotros seguimos entreteniéndonos con millones de cosas. Ya por fin empezamos a preparar las vacaciones. Nos marchamos en breve. El aire fresco, rodeado de buena compañía y de un precioso paisaje, nos recargará las pilas.

Y desde aquí, nosotros... soplamos deseando que no tardes mucho en llegar. Sólo el tiempo justo.

El orgullo de ser adoptante

Hoy es uno de esos días en los que me siento orgullosa de haber sido preparada y valorada como familia adoptante por muchos motivos. Y es que NO TODA FAMILIA BIOLÓGICA es susceptible de SER FAMILIA ADOPTANTE puesto que, según los expertos, LAS FAMILIAS ADOPTANTES tenemos las siguientes capacidades:

Somos capaces de resolver los problemas de desarrollo del menor
Somos capaces de convivir con el fantasma de la familia biológica
Somos capaces de no odiar a quien le hizo sufrir para que el menor se sienta orgulloso de quién es y resuelva su propio odio hacia su familia biológica.
Somos capaces de no sentir compasión por el menor, puesto que la compasión interfiere negativamente en el estilo educativo.
Somos capaces de respetar, apoyar y guiar al menor durante su crecimiento

Y todo esto… ¡no es porque lo digamos nosotros! Sino porque así lo certifica nuestro CI. Creo que todas las familias adoptantes debemos sentirnos orgullosas de ser valoradas. Y hoy, yo, me siento orgullosa.

Nuevo meme... un poco más sobre mi

Mi gran compañera Blanca, de Persiguiendo una ilusión, me reta a hacer un MEME. Parece que estas cosas no sirven para nada... pero a mi siempre me hacen pensar un poco "hacia dentro".

Pues... vamos a ver qué sale esta vez. ¡Empecemos!

¿Dónde naciste? Dónde vives? Nací en Alicante y vivimos en El Campello

¿Cuál es tu signo del zodiaco? Capricornio

¿Crees en los horóscopos? En realidad no... pero os confieso que me considero una capricornio auténtica, jeje.

¿Cuál es mi color favorito? El lila. Siempre dije que era mi color pero creo que al final se ha quedado en "mi color favorito" por costumbre. Me encantan los colores; el naranja, el verde, el azul, el rosa, el rojo... ¡me encantan los colores vivos!

¿Mar o Montaña? Mar... me encanta el mar. ¡Y vivo bien cerquita! Tengo mucha suerte.

¿Te gustan los animales? Sí, me gustan, pero soy de esas personas que aunque le gustan los animales, sabe diferenciar entre los animales y las personas.

¿Canción favorita? Uffff, me gustan muchas. ¿Tengo que elegir una? Pues... ahora mismo... diría COME WHAT MAY, de Moulin Rouge.

¿Dulce o salado? Salado. Únicamente soy golosa con los helados.

¿Comida rápida? No, prefiero comida tradicional, italiana, china...

¿Cambiarías algo de tu vida? Sí... pero hoy no es un día para contarlo.

¿Te gusta que la gente te conozca como eres? Sí, pero pocos llegan a conocerme de verdad.

¿Qué es lo que más te gusta de internet? ¡que no tiene fin!

¿Chateas? No, no suelo chatear.
¿Te han engañado alguna vez por internet? Que yo sepa... no hasta el momento.
¿Conoces en persona a gente de internet? Sí... y algunos se han convertido en personas muy importantes en mi vida.
¿Has ligado alguna vez por internet? No
¿Crees en el amor por el chat? Creo en el amor en cualquiera de sus formas o sus modos de comenzar
¿Crees todo lo que te dicen en internet? No creo en verdades absolutas. Algunas cosas sí, otras no, pero no suelo buscar cosas para creer por internet.
¿Cuándo fue la última vez que has llorado? Pues esta misma semana... hace un par de días
¿Piensas que eres tolerante o intolerante? Soy muy tolerante, excepto con abusos, crímenes, violencia, etc.
¿De qué te gusta hablar? ¡De cualquier cosa!
¿Cerveza o vino? Vino
¿Qué estás leyendo ahora? Asesoramiento en materia de adopciones: área jurídica y procedimiental de la adopción. Bien intenso.
¿Qué te has roto? Pues... creo que nunca nada, aunque tengo un dedito de un pie que yo creo que me lo rompí una vez... y por eso a veces duele.
Di que te emociona y no puedes tener ni comprar con dinero. Las sonrisas. Me emocionan, no las puedo tener físicamente ni comprar. Pero muchísimas veces me las regalan.
Lo mejor que te ha sucedido en la vida. Ufffff, muchas cosas. No podría elegir la mejor... ¡porque no lo sé! Lo meditaré.
Lo peor que te ha sucedido en la vida. Uffff, snif, snif.
El vaso, ¿medio vacío o medio lleno? Siempre MEDIO LLENO.
¿Te han sucedido cosas extrañas? Pues casi todos los días. ¿La última? Un pájaro se ha colado en mi cocina con la ventana cerrada y un tío se ha presentado a cambiar los filtros de agua de mi cocina a las 22 horas diciendo que le habíamos llamado... ¡con nuestros nombres y todos!
¿Te consideras feliz? Sí.
¿Qué te gustaría añadir de ti? Nada. Si alguien tiene curiosidad... ¡que pregunte!
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Rovaniemi. Círculo Polar Ártico. Son las 12 de la noche y luce el sol; un lugar donde determinados días al año no anochece. INCREIBLE.
Nombra a 4 blogs. A ver si acierto con alguno que todavía no lo haya hecho:
El rincón de Lolo. Por cierto, no puedo dejarte nunca comentarios en tu blog. Siempre aparece que anote las letras y las letras... ¡no están!
Wei Wei. Venga tía Ro... cuéntanos un poquito sobre ti.
Aqui... conmigo. Corazón... anímate y no nos abandones durante tanto tiempo.
Mi bebé de chocolate. No dejes de escribir... me encanta leerte.

El "nunca llegará"

Ilusión ante el comienzo, hambre de formación, sed de conocimiento, miedo ante las entrevistas, pánico ante la visita domiciliaria, estrés para preparar el expediente. Pronto tienes tu tesoro en las manos pero pronto te alejas de él para que viaje hacia una tierra extraña, hacia una cultura milenaria, sorprendente. Mientras él viaja de mano en mano, junto con otros tesoros, tú deseas que los días pasen para saber tu fecha, para conocer qué día marcará el comienzo hacia tu maternidad.

Es entonces cuando llega el día en que lo sabes. Sabes el día, sabes tu fecha de partida. A partir de ahí, la relajación te acompaña unos días hasta que las preguntas empiezan a acompañarte allá donde vayas. Te siguen. Sabías que la espera sería larga pero, hasta ahora, esa espera no dolía. Intentas una y otra vez escapar de las preguntas, esas que ahora ya empiezan a despertarte por las noches. Es entonces cuando devoras esa información que has ido recopilando; el día de la asignación, videos de la entrega, la adaptación, problemas del sueño, cultura milenaria, fotos, imágenes, enganche a foros, webs, blogs, asociaciones, cursos, charlas… formación, formación, formación.

La adopción rodea tu vida de un modo del que ya no puedes escapar. Es entonces cuando empiezas a entender a las personas que se alejan, que presentan su expediente y se olvidan, que aprenden a esperar de una forma diferente, alejados de preguntas, entreteniéndose con algo que no tiene nada que ver con hijos, educación, pediatría o adopción.

Ilusión, sed, miedo, pánico, estrés… Ahora toca la etapa de “creo que nunca llegará”. Y esa es últimamente la respuesta que últimamente doy a “esos pocos” que preguntan “cómo va lo nuestro”.

Cuando decides tener un hijo a través de la adopción sabes que el camino no será fácil. El tiempo pasa, pero el tiempo pesa. En breve hará 1 año que nuestros expediente duerme en China… pero dentro de muy poco hará 2 años que empezamos a caminar.

Las cuatro estaciones de la adopción

Estos días se ha creado mucha polémica ante el rechazo de una asignación de un "niño" "mayor". De un "niño" porque se esperaba "niña" y de un "mayor" de menos de 6 años porque se esperaba un "menor". ¿Es mayor un niño de 6 años?

Estos días estoy un tanto desconectada. Estoy cursando unos estudios sobre asesoramiento en materia de adopciones y tengo que hacer los exámenes antes del día 20. Estoy aprendiendo muchas cosas... pero quizás una de las que más me ha llamado la atención es que los niños "mayores" se asignan siempre a familias "mayores", que están mucho menos "preparadas" psicológicamente para afrontar las "dificultades" de una "adopción más especial". Y pongo todo entre comillas porque siempre hay casos y casos... pero ahí está la estadística: el mayor número de fracasos en adopción se da en familias con una media de edad superior a los 45 años y con unos menores que superan los 5 años. ¿Falta de preparación de los padres? ¿Deberíamos repasar si realmente la edad del CI se debe adaptar la edad biológica? Estos días, entre legislación sobre adopción, modelos de familia y psicología... pues la verdad estoy un poco pensativa.

El otro día, un compañero listero, dejaba unas preciosas palabras sobre la adopción de "un menor diferente al esperado". Merece la pena leerlas. Con tu permiso, Rafa, copio tus palabras:

Más allá de los niños que añoran y más allá de los padres que esperan y desean, está el “invierno de la adopción”.

“La primavera”, sería como… eso que todos vivimos en cuanto pensamos en un “proyecto” como este, el de la adopción de niñas y niños: Todo es de color hermoso; todo se hace posible y todo tiene luz por muy largo y retorcido que nos digan que será algún túnel que nos encontremos en el camino. La luz dura más que la oscuridad, como en la primavera, dentro de estos corazones adoptantes.

Luego llega “el verano”:Es esa etapa en la que empiezas a tener periodos insoportables de “calor”… Pero no hay “ducha de refrescante ternura” que no pueda con ello, o un heladito puntual de vainilla y carantoñas.
Te hidratas de afectos (tu pareja, los amigos, la familia, el vecino que te anima… las Listas de adopción que te cuentan esto o aquello…) y tiras para adelante. ¡Que venga!

También pasas tu “otoño” Son esos ratos, en los que se “caen los papeles” como se caen las hojas de los árboles: Te caducó, la idoneidad; te caducó el certificado de no se qué… te falta la huella del digito gordo del pie que olvidaste poner y que nadie te dijo que…blablabla.

No hay noche que por una “caída de hoja” o por una “inoportuna corriente” en forma de frío traspié en el camino, no sientas la necesidad de ponerte una rebeca.

Pero lo peor… Lo peor es el “invierno de la adopción”. Y el peor “invierno de la adopción”, llega, cuando lo que te llega en tu vida, ni es, ni se parece, ni por asomo, a lo que tu habías pensado que sería tu sueño “en primavera”.

“El invierno de la adopción”, a veces, se hace muy largo cuando los niños “son mayores”. Cuando tienen pensamientos propios, y tú, no sabes cómo construir pensamientos nuevos, positivos…

Cuando el problema…, cuando el “frío invernal” de ese corazón asustado, roto, con la justita autoestima, no deja tan solo la forma que deja el pis sobre las sábanas como “grave problema” (¡ojala solo fuera eso!), sino que además, trae consigo el aprender un idioma, adaptarse a una escuela, adaptarse a unas normas, a unas comidas, a una conducta, a un tira y afloja, a otros niños, a los hijos de tus amigos… a un desaprender lo mal aprendido para volver a aprender lo que mejor conviene. No pegar, no romper, no mentir, confiar… no gritar o agredir, no autolesionarse…

Es duro ese “invierno” ¿eh? que nadie se crea que…

Eso si: Cuando llega el deshielo… No hay corazones más grandes que los que han pasado ese “invierno”. Corazones grandes y felices; muy felices. O sea que.. no hay nada como "el invierno".