Hoy hace
exactamente 6 años que alguien colocó la fecha 28 de julio de 2008 en un ofrecimiento
de paternidad para un menor de origen chino. Hoy, 6 años después, con la vida
totalmente cambiada en la que ya nada, absolutamente nada, es lo mismo, lo único
que sigue existiendo es la esperanza de que algún día pueda conocerte. Cada 28
de julio es un día especial. Es el día en el que elaboramos el cartel, la pancarta,
el cuadro indicando los años que llevamos esperando. Vamos envejeciendo. Tu
prima va creciendo. Algún día esas fotos
ocuparán el apartado Esperándote en tu álbum de fotos aunque quizás arderán en
una hoguera en la noche de San Juan. Celebramos una fecha sin saber si es la
fecha real. Así son las cosas cuando adoptas… muy pocas veces tienes certeza de
las cosas. Desde hace muchos años es un sueño que vive dentro y que te recorre
las entrañas cada día 28 pero que cuando coincide con el mes de julio, te lo
recorre un poquito más.
Hoy hace 6 años
que el expediente está en China. 6 años y 8 meses desde la solicitud que tenía
que coincidir con mi 30 cumpleaños. Muchos años antes imaginándote, formándome
para tu llegada. He soñado numerosas veces contigo y es que esta espera
indeterminada te regala tiempo para muchas cosas. Te he imaginado con mil caras
y tamaños diferentes pero siempre hay un momento que se repite; tumbados en la
cama y vencidos por el sueño, me despierto con unos ojos de media luna en mi
cara. Puedo sentir tu respiración. No quiero volver a dormirme por si
desapareces una vez más como tantas y tantas veces ha ocurrido al despertarme.
Abro los ojos te hago cosquillas con mis
pestañas. Te mueves. Te toco. Me entran unas tremendas ganas de llorar. Y hasta
hoy… me he despertado con el alma encogida y las lágrimas en las mejillas.
También se repite
el momento en que estoy a punto de llegar a ti. El cuerpo se me descompone, las
lágrimas afloran, apenas puedo tenerme en pie, siento que me voy a desmayar. Emociones
demasiado intensas, demasiado esperadas, demasiado soñadas como para que ardan
una noche de San Juan.
Siempre pensé que
tendría 38 años cuando llegaras. Si es así, todavía nos faltan dos esperándote.
La realidad marca que serán muchos más… casi tantos que ya no sé si
recordaremos que esperamos. Nos hacemos mayores, más cómodos… y nos planteamos
otras formas diferentes de paternidad.
Siempre pensé que
tendrías alrededor de 15 o 18 meses. Siempre pensé que serías un niño y no una
niña, aún cuando hace 6 años sólo asignaban prácticamente niñas. Siempre pensé
que me asignarían en enero, cerca de mi cumpleaños, porque es el mes en el que
siempre viajamos evitando China. No hemos querido ir reservando ese momento
para el día en que nos encontremos aunque sin duda viajaríamos acompañando a la
familia del corazón en su aventura aunque por el momento nadie nos ha pedido
que les acompañemos. Nuestro viaje, sin embargo, será diferente; no faltarán
aquellos que nos quieran acompañar y ya los hay con la hucha en marcha por si
llega el momento. Si no llega, invertiremos las huchas en mojitos para disfrutarlos
en la noche de San Juan mientras arden las fotos de la espera.
Pero el destino
es así de caprichoso y, como dijo M una vez que visitó mi blog… ¿sabías cuando
pusiste el título a tu blog que tu hilo se enredaría tanto? ¿Sería una
premonición? Sea como fuere… tienen que resolverse tantas cosas tan difíciles
antes de llegar a ti que de momento sólo puedo vivir el momento cuando me
pierdo entre los brazos de Morfeo.
Y no tengo
ninguna mejor forma de celebrar este día en el blog que recordando un vídeo que
me pellizca por dentro. Y es que, aunque todavía no hayas nacido, ya hay quien te espera para enseñarte a
bailar descalz@ bajo la lluvia.
6 años menos que esperar y mucho hilo todavía que desenredar.