viernes, 29 de agosto de 2014

La espera sin espera

Estos días estoy recibiendo varios mails en los que me preguntáis cómo se lleva esperar tantos años con la incertidumbre de no saber si realmente la adopción llegará a culminarse. En ocasiones no es fácil. A veces la desesperación te invade y te recuerdas que el reloj biológico sigue avanzando y que quizás te debes plantear una forma diferente de maternidad o quizás tengas que renunciar a ella para siempre por cerrarse todos los caminos, incluso el biológico. Pero parece que el destino es super capricho y al menos en mi caso ha terminado poniéndome delante un montón de proyectos nuevos, en absoluto relacionados con la maternidad, que me tienen activa, ilusionada y muy emocionada durante las horas en las que me mantengo despierta. A veces también el destino te recuerda que disfrutes de tu descanso, que no hay nada como ser dos para sentir que tu destino sólo depende de ti, que duermes cuando quieres, que no hay horarios, ni prisas y que si quieres cocinar cocinas y sino… pues no lo haces y no pasa nada.

Llevamos unos meses largos desconectados de la paternidad adoptante en todos sus ámbitos (excepto, confieso,  un libro que estoy leyendo al respecto pero que espero acabar en breve para dejar paso a otro tipo de lectura). Hemos retomado las salidas con nuestros amigos los que no tienen hijos ni desean tenerlos y estamos disfrutando de una forma totalmente diferente a como lo hacíamos en los últimos tiempos. También hemos retomado las salidas con amigos de toda la vida para los que no teníamos tiempo que, a pesar de ser adoptantes, no nos hacen recordar que esperamos. Hemos retomado las actividades del pasado, la vida del pasado que tanto nos llenaba y que dejamos un poco de lado al meternos de lleno en el sendero de la adopción que terminó en convertirse en un camino de desesperanza y desasosiego.

Es cierto que eres capaz de vivir una maternidad a la espera alejado de toda espera. Pasan los días y ni siquiera te das cuenta de que esperas. ¡Ayer fue 28 y ni me acordé de que hacía un mes más que esperamos! Acabo de darme cuenta ahora mismo al mirar el calendario.

No sé si nos hemos cansado de esperar, si hemos dejado de esperar o si sencillamente la paternidad en estos momentos no es una prioridad para nosotros. ¿Será porque teníamos que vivir este momento por lo que nuestro hilo se enredó tanto? ¿Será porque tenemos que vivir cosas muy diferentes que nos llenan tanto que no las disfrutaríamos de otro modo? Cuestión de prioridades. A todos aquellos que esperáis y desesperáis… os recomiendo cambiar vuestras prioridades. Funciona. Doy fe.

Lo que sí es cierto es que los días pasan, pasan… y si algún día debe llegar… ya falta menos.


lunes, 28 de julio de 2014

6 años esperándote

Hoy hace exactamente 6 años que alguien colocó la fecha 28 de julio de 2008 en un ofrecimiento de paternidad para un menor de origen chino. Hoy, 6 años después, con la vida totalmente cambiada en la que ya nada, absolutamente nada, es lo mismo, lo único que sigue existiendo es la esperanza de que algún día pueda conocerte. Cada 28 de julio es un día especial. Es el día en el que elaboramos el cartel, la pancarta, el cuadro indicando los años que llevamos esperando. Vamos envejeciendo. Tu prima va creciendo.  Algún día esas fotos ocuparán el apartado Esperándote en tu álbum de fotos aunque quizás arderán en una hoguera en la noche de San Juan. Celebramos una fecha sin saber si es la fecha real. Así son las cosas cuando adoptas… muy pocas veces tienes certeza de las cosas. Desde hace muchos años es un sueño que vive dentro y que te recorre las entrañas cada día 28 pero que cuando coincide con el mes de julio, te lo recorre un poquito más.

Hoy hace 6 años que el expediente está en China. 6 años y 8 meses desde la solicitud que tenía que coincidir con mi 30 cumpleaños. Muchos años antes imaginándote, formándome para tu llegada. He soñado numerosas veces contigo y es que esta espera indeterminada te regala tiempo para muchas cosas. Te he imaginado con mil caras y tamaños diferentes pero siempre hay un momento que se repite; tumbados en la cama y vencidos por el sueño, me despierto con unos ojos de media luna en mi cara. Puedo sentir tu respiración. No quiero volver a dormirme por si desapareces una vez más como tantas y tantas veces ha ocurrido al despertarme. Abro los  ojos te hago cosquillas con mis pestañas. Te mueves. Te toco. Me entran unas tremendas ganas de llorar. Y hasta hoy… me he despertado con el alma encogida y las lágrimas en las mejillas.

También se repite el momento en que estoy a punto de llegar a ti. El cuerpo se me descompone, las lágrimas afloran, apenas puedo tenerme en pie, siento que me voy a desmayar. Emociones demasiado intensas, demasiado esperadas, demasiado soñadas como para que ardan una noche de San Juan.  

Siempre pensé que tendría 38 años cuando llegaras. Si es así, todavía nos faltan dos esperándote. La realidad marca que serán muchos más… casi tantos que ya no sé si recordaremos que esperamos. Nos hacemos mayores, más cómodos… y nos planteamos otras formas diferentes de paternidad.

Siempre pensé que tendrías alrededor de 15 o 18 meses. Siempre pensé que serías un niño y no una niña, aún cuando hace 6 años sólo asignaban prácticamente niñas. Siempre pensé que me asignarían en enero, cerca de mi cumpleaños, porque es el mes en el que siempre viajamos evitando China. No hemos querido ir reservando ese momento para el día en que nos encontremos aunque sin duda viajaríamos acompañando a la familia del corazón en su aventura aunque por el momento nadie nos ha pedido que les acompañemos. Nuestro viaje, sin embargo, será diferente; no faltarán aquellos que nos quieran acompañar y ya los hay con la hucha en marcha por si llega el momento. Si no llega, invertiremos las huchas en mojitos para disfrutarlos en la noche de San Juan mientras arden las fotos de la espera.

Pero el destino es así de caprichoso y, como dijo M una vez que visitó mi blog… ¿sabías cuando pusiste el título a tu blog que tu hilo se enredaría tanto? ¿Sería una premonición? Sea como fuere… tienen que resolverse tantas cosas tan difíciles antes de llegar a ti que de momento sólo puedo vivir el momento cuando me pierdo entre los brazos de Morfeo.


Y no tengo ninguna mejor forma de celebrar este día en el blog que recordando un vídeo que me pellizca por dentro. Y es que, aunque todavía no hayas nacido, ya hay quien te espera para enseñarte a bailar descalz@ bajo la lluvia. 

6 años menos que esperar y mucho hilo todavía que desenredar.  


miércoles, 28 de mayo de 2014

28 de mayo

Muchos años... muchos meses esperando... así que hoy he decidido celebrar el presente. La espera es terrible, es dolorosa, es cansada... pero te pone delante enseñanzas que te hacen vivir la vida de otro modo. 

Una de las mejores enseñanzas de esta espera ha sido "vive el presente". Ya en la última idoneidad la psicóloga me felicitaba por tener un ci positivo pero me decía que dejara de vivir la maternidad, que dejara de leer, que dejara de prepararme... que no fuera madre antes de hora porque dejaba de vivir el presente y ya tendría tiempo de vivir la maternidad cuando llegara la adopción. 

Y esto es precisamente lo que hago desde hace unos meses... Vivir el presente. Olvidarme a diario de que la espera existe. No preocuparme por si llegará o no llegará. Pasan días completos e incluso meses sin recordar que espero porque estoy demasiado ocupada viviendo el presente. 

Y es que sólo viviendo el presente, adentrándote en todo aquello que te rodea, prestando atención y dedicando tiempo a aquellos a los que quieres. Y es que dar te hace mucho más feliz que recibir. 


viernes, 28 de marzo de 2014

5 años y 8 meses

Hoy hace 5 años y 8 meses desde que un funcionario puso un sello con la fecha en nuestro expediente. A veces miro atrás y sonrío porque al fin y al cabo, incluso creo que celebramos una fecha que quizás ni siquiera es la de registro. 

Hace muchos años llamé al Ministerio tras entregar el expediente para preguntar si había salido por valija diplomática a China. Nunca te confirman que tu expediente va dentro de esa valija pero tú consideras que así es porque calculas que deben haberlo metido puesto que es la siguiente valija tras la entrega. Hoy sonrío y pienso que quizás llevo 5 años y 8 meses de mi vida celebrando una fecha que quizás ni siquiera sea la nuestra.

Ayer llegó un nuevo aviso certificado de correos que viene de Consellería. Tengo que ir a recoger la carta y me pregunto si de nuevo no serán malas noticias desde allí. Sería la tercera vez que quieren cerrarnos el expediente. 

No quiero pasar un mal fin de semana así que esperaré al lunes para recogerla... Así, con los días muy ocupados no hay tiempo para el dolor del corazón. 

Hoy quedan 5 años y 8 meses menos para saber si algún día te conoceremos. 

sábado, 15 de febrero de 2014

Casualidad o destino

Tenemos un amigo de la familia del corazón que siempre nos recuerda que nada pasa por casualidad.  Y es que a veces no sé si es el destino caprichoso o la casualidad.
Hemos estado 19 meses esperando hacer la formación,  23 meses hasta el ofrecimiento y únicamente unos días antes de hacernos el ofrecimiento se me presenta una oferta de trabajo que, sin buscarla, nos plantea mover nuestra residencia a otro país.
Sería totalmente insensato aceptar una asignación antes de resolver la situación laboral.
El perfil del ofrecimiento nos encaja. No nos habíamos planteado nunca un acogimiento permanente para empezar en este mundo pero tampoco lo descartamos.
Así que... casualidad o destino... resolveremos antes la decisión laboral que, si nos permite  seguir residiendo en España,  aceptaremos sin duda.
Al tratarse de un acogimiento con régimen de visitas no podríamos trasladarnos al extranjero.
Nunca jamás pensé que nuestro hilo estuviera tan tan tan enredado. ¿Casualidad o destino?

sábado, 8 de febrero de 2014

12 llamadas

Estas tres últimas semanas estan siendo realmente duras laboralmente. Me dejan exhausta y agotada al final del día.  Están siendo momentos en los que tenemos que tomar algunas decisiones que condicionarán mucho nuestras vidas; momentos de reflexión y de hacer cuentas.

En la última semana hemos recibido 12 llamadas que no hemos podido atender por encontrarnos en reuniones varias que acabo de saber que son de Conselleria. Llevan desde el viernes pasado intentando hacernos una propuesta de acogimiento pero ¡no les cogemos el teléfono!  Acaba de confirmármelo el psicólogo que nos hizo las entrevistas.

Y es que este hilo rojo es muy caprichoso. El pasado jueves, temiendo que fueran ellos, me llevé mi móvil particular detrás inclusive en las reuniones de trabajo y ha resultado que el jueves fue el único día que no llamaron al encontrarse ellos reunidos.

Sea como fuere el lunes debo encontrar un hueco en la agenda para poder devolver la llamada. ¿Qué será será? ¿Que otra sorpresa nos depara estos días?

Caprichoso destino.

martes, 31 de diciembre de 2013

Un sueño

Me desperté llorando de madrugada. Tenía el corazón encogido pero emocionado. Eran las 3 de la mañana de la última noche completa de 2013. Estaba cerca de la estación del tren rodeada de muchísima gente. Allí, delante de todos nosotros, estaban todos los niños que iban a ser asignados. No sabía qué me deparaba este hilo rojo caprichoso que se enreda y se enreda cada día más. Yo me mordía las uñas porque parecía una especie de selección de padres. Presentaban a cada niño y nombraban el nombre de la familia que debía hacerse cargo de él. 

Presentaron un niño con rasgos orientales que tenía 2 años. Llevaba una camiseta amarilla y unos pantalones azules. El pelo era corto y denso. Tenía un balón negro y blanco en las manos. Unos preciosos ojos negros almendrados y unos labios finitos y resecos. El niño permanecía inmóvil mientras lo presentaban. Nada más terminar con él pronunciaron mi nombre. No, no me desmayé... pero empecé a llorar y me temblaban las manos. Me acerqué a por aquella hermosa criatura y las manos me temblaban. Estaba sola. Mi marido estaba trabajando y además ajeno a la situación que yo estaba viviendo. 

Temblorosa cogí la mano del pequeño y empezamos a alejarnos de la multitud. Ni su padre, ni la familia ni ninguno de nuestros amigos sabían que yo estaba viviendo ese momento. El niño me miraba, me enseñó su balón y salió corriendo a jugar con otros niños. Yo le seguía el paso y caminaba a su lado sin dejar de llorar emocionada. Mil momentos se me pasaban por la cabeza. Tenía que avisar a su padre... ¡que iba a llegar a casa siendo uno más!

Cogí el móvil sin perder de vista al pequeñajo. No era capaz de marcar ningún número. No era capaz ni siquiera de sostener el teléfono con las manos. Iba a llamar a su padre y... ¿a quién llamaría justo después? Repasé la lista de todas aquella personas que en ese momento entenderían cómo me sentía. ¿Alguien me cogería el teléfono? Estaba nerviosa... muy nerviosa... y no podía dejar de llorar. 

Y justo en ese momento y con esas sensaciones y emociones me desperté. Era tan real que me sentía extraña. Un peque en casa... un peque en casa... ¿Ahora?

Ha sido un emocionante y precioso sueño para dar por finalizado este 2013. Mis mejores deseos para este 2014 a todos vosotros.