sábado, 18 de diciembre de 2021
1 año desde la llamada
Hace un año, a estas horas, decíamos que sí. Sí a ser papás. Sí a hacer crecer la família que se convertía en numerosa. Veíamos tu cara en estos instantes por primera vez en una foto. Y, esta tarde, te conoceríamos. Recuerdo la angustia, el miedo, la emoción y las lágrimas. La sensación de si estábamos o no tomando la decisión correcta. Era extraño. Y es que nada más saber que éramos papás, cada uno volvía a su trabajo, por separado. Así, sin más. Lo primero que hice antes de volver al trabajo fue visitar a los recién estrenados abuelos para decirles que habían tenido un nieto y que en 5 días seriamos uno más para siempre. Jamás imaginamos que 37 días después seríamos uno menos, también para siempre. Llegué a casa de los abuelos y allí estaba él, tomándose un café con leche. Al verme entrar a esas horas me preguntó qué pasaba. Le dije que tenía algo que contarle. Me preguntó si era bueno o malo y le dije que no lo sabía. Me dijo que no estábamos para malas noticias. Le dije que dejara el vaso sobre la encimera de la cocina y le dije mientras sacaba la foto de su nieto del sobre: "felicidades papá, acabas de ser abuelo". Me miró, se le llenaron los ojos de lágrimas y me dijo: "¡pero eso es una muy buena noticia hija! Dame un abrazo" Así que me puse a llorar y nos fundimos en un abrazo. Sería el último de nuestras vidas pero soy capaz de sentirlo cada vez que vuelvo a ese mismo instante. Hoy papá, celebraríamos contigo este momento pero no ha podido ser así que nos hemos ido a lanzarte todos los aviones posibles al cielo porque sabemos que, allá donde estés, hoy tú también celebras con nosotros. Te queremos
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